Durante estos años he recibido miles de preguntas respecto a la efectividad real del Yoga Facial. Lo primero a aclarar es que lo que se conoce hoy como Yoga Facial funciona para pocas muy pocas personas hoy en día.

Esto ocurre por tres motivos:

1- Simples masajes faciales

Esto conlleva algunos beneficios como la activación del riego sanguíneo y la movilización y drenaje de líquidos. Sin embargo si no existe un movimiento de contracción relajación a nivel muscular suficiente, unido a la activación de la zona ósea de la cara, no podremos obtener un resultado sostenido visible para nosotros mismos y para los demás.

Esto es facil de entender, si vamos al gimnasio y solo hacemos estiramientos y algún masaje, el músculo no se tensará ni modificará su volúmen. Necesitaremos utilizar pesas o aplicar una resistencia suficiente para contraer y relajar el músculo a nivel profundo. Es entonces cuando notaremos un cambio real. Lo mismo ocurre con el rostro. Si realmente ejercitamos los músculos del rostro en profundidad, el cambio puede ser muy notable.

2- Uso de cremas milagrosas

Muchas de las técnicas relacionadas con el yoga facial insisten en el uso de cremas y cosméticos. Esto lejos de ser una solución, es una pérdida de energía, tanto en tiempo como en dinero. La cosmética no tiene ninguna capacidad de rejuvenecer o tersar el rostro, algunas cremas o aceites, simplemente puede aportar hidratación a niveles muy superficiales de la epidermis.

3- Lo más importante

Además de una ejecución correcta del yoga facial, necesitaremos desactivar programas de desaceleración de colágeno y que nuestro cuerpo comience a ejecutar procesos de regeneración, para ello  es necesario activar estos procesos desde un nivel más profundo. Esto es lo más importante y es perfectamente posible, sencillo y se puede realizar desde casa. Entonces es cuando notaremos un cambio visible y sostenido, pondremos el tiempo a nuestro favor y cada semana nos veremos mejor y mejor.

Explico más sobre este proceso en la siguiente entrevista: